Esto es una monjita que iba hacia Sevilla, y se le estropea el 4L.
Se pone a hacer auto-stop y para un camión que también va a Sevilla y la lleva.
Una vez dentro, la monjita empieza a mirar al camionero y piensa:
"Este camionero no esta nada mal".
Total, que empieza a lanzarle miradas provocadoras e insinuantes.
El camionero, que no tiene reparos a la hora de echar un kiki,
se detiene en la cuneta y se ponen a la faena.
Cuando terminan vuelven a la carretera.
La monjita comenta entusiasmada:
Cuando llegue a Sevilla y le diga a la madre superiora que he echado tres polvos con un camionero se le va a poner una cara...
El camionero la mira extrañado y le dice: Pero, hermana, si solo hemos echado uno. Si, pero no me dirá que de aquí a Sevilla no van a caer otros dos.
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